miércoles, 23 de octubre de 2019

Bienvenidos.



Los caprichos del destino han hecho que hayas llegado a mi página.

Bienvenido.


Mi amor a la música y a la poesía, así como mi adicción a llegar hasta lo más lejos en todo lo bello que existe, ha generado en mí la afición de interpretar las canciones para descifrar hasta el último ápice de su mensaje.

Y es que no todo es lo que parece.

Espero que te guste mi percepción y que disfrutes.

Música y felicidad.


Un suspiro acompasado.

UN SUSPIRO ACOMPASADO





He notado una brisa pasajera
que me ha dicho que, tal vez, si quisieras...
respira y noto su respiración,
sueña y sueño con su voz... y con ella.

Aunque ya no esté, tengo mis razones
para ver que hay ocultas conexiones:
si baila, yo encuentro una canción
que habla de nosotros dos... quédate en silencio...

Y oye el ruido de mis tripas soñadoras,
que sueñan con besarte a todas horas...
ruge el deseo contenido.

Gira. Yo la espero.
Se va y a la vida le pierdo el apego.
Y el juicio recupero
si encuentro un indicio de su paradero.

Llega el viento mecido
porque acaba de estar contigo.
Noto en el aire un suspiro
y todo cambia de sentido.

Comencé por dejar la puerta abierta siempre
para ver si llega hasta aquí tu aire caliente,
respirarlo y que me cuente
tus noticias más urgentes.

Un deseo le he pedido a las flores:
que la busquen, que ellas saben de olores.
Que le digan que espero aquí, en el sol
que da en el último escalón... a que vuelva.

Quiero saborear la esencia de las cosas
batió las alas una mariposa...
sabor de aire recién batido.

Gira. Yo la espero.
Se va y a la vida le pierdo el apego.
Y el juicio recupero
si encuentro un indicio de su paradero.

Llega el viento mecido
porque acaba de estar contigo.
Noto en el aire un suspiro
y todo cambia de sentido.

Comencé por dejar la puerta abierta siempre
para ver si llega hasta aquí tu aire caliente,
respirarlo y que me cuente
tus noticias más urgentes.


...

Es un placer estrenar este nuevo proyecto con una de las canciones más significativas para mí, en estos momentos.
Robe es una de las últimas incorporaciones musicales en mi vida musical. Pero me ha marcado tanto que sé que llega para quedarse.

“Un suspiro acompasado” es una de mis canciones favoritas del álbum “Lo que aletea en nuestras cabezas”.

Considerable, de más de 9 minutos de duración, en los que el placer no puede ser más sublime. Va in crescendo, desde las introductorias notas a violín, hasta la mayor de las explosiones de expresión.

La letra habla, simplemente, de un enamorado que espera a su amada. -Quisiera aclarar que esto de los géneros es porque de esta forma se da en la canción: él le canta a ella, pero cada cual, por supuesto, que use o modifique los géneros a su gusto-.

Como decía, un enamorado que espera a su amada, pero de la más bonita de las maneras: con ilusión, con esperanza. También con mucha ansiedad, sin ser esta una ansiedad que haga sufrir, así como tampoco es desamor.

La idea general de la canción, desde que empieza hasta que termina, es algo tan sublimemente delicado que embriaga; habla del aire: sin ir más lejos la canción se llama “un suspiro acompasado”, “he notado una brisa pasajera”, “llega el viento mecido”, “comencé a dejar la puerta abierta siempre para ver si llega hasta aquí tu aire caliente”
Si estas frases, además de este concepto etéreo al que se refieren, supusieran poca intensidad, tenemos además conceptos tan delicados como “quédate en silencio y oye el ruido de mis tripas soñadoras”, “un deseo le he pedido a las flores; que la busquen, que ellas saben de olores”, “que le digan que espero aquí en el sol que da en el último escalón”, “quiero saborear la esencia de las cosas, batió las alas una mariposa… sabor de aire recién batido”. De nuevo, aire.

Es tan difícil, con unas ideas tan elementales, hablar de cosas tan sencillas, que definan un estado tan, tan, intenso, tan abstracto… Como lo es el enamoramiento primero. Ese estado máximo de quedar totalmente embelesado por otra persona. Es ese estado maravilloso justo al principio de estar enamorado; “comencé a dejar la puerta abierta siempre, para ver si llega hasta aquí tu aire caliente”, “respira y noto su respiración, habla y sueño con su voz… y con ella”.

Y, en ese estado, simplemente, esperarla. A que llegue. La medida del tiempo pasa a ser cuando se está con esa persona o, por el contrario, cuando se la está esperando.“Gira. Yo la espero”; gira, el mundo gira, la vida sigue su curso natural. Y, mientras, él solo se dedica a esperarla. “Se va y a la vida le pierdo el apego”; cuando ella se va, nada tiene sentido para él, le pierde el apego a la vida. “Y el juicio recupero si tengo un indicio de su paradero”; tan solo quiere saber dónde está, para estar con ella.

Tal y como decía al principio, es una espera con ilusión; “aunque ya no esté tengo mis razones para ver que hay ocultas conexiones”. Ansiosa, intensa “ruge el deseo contenido”, “para ver si llega hasta aquí tu aire caliente, respirarlo y que me cuente tus noticias más urgentes”. Esperar su aire y respirarlo. Un suspiro acompasado. Con compás: en tiempo, con sincronización para ambos. Intensidad, conexión brutal.


Esperar, algo tan sencillo como rutinario, que a la vez es un gesto de amor tan grande como significativo.

Esperar con esperanza a alguien que también te espera. O, por el contrario, esperar con desesperanza a alguien que no sabe que lo esperas… cuando ese alguien, quizás, te espera con desesperanza a ti también.


Mi más total y absoluta admiración a esta obra maestra, en la que se funden la música, la letra, la narrativa, la simplicidad, el mensaje, la poesía, la intención… Sí, menos es más.

Escuchadla, disfrutadla y vividla… mientras esperáis a esa persona.

Pronto más.

Felices canciones.
Besos.